REVOLUCIÓN

REVOLUCIÓN

  • Señor, tenemos doscientos antidisturbios esperando.
  • Perfecto, puede darles luz verde.
  • ¿Para qué?
  • ¿Qué le pasa? Para que no rompan las calles, para que no se llene todo de basura, ¿le parece poco?
  • Es que…..
  • ¿Qué? ¿Se ha olvidado de todo lo que aprendió en la academia? ¿Pero que le sucede?
  • Señor, están todos sentados en la plaza. Siguen un orden, cada vez se levanta uno de ellos y lee un poema. La verdad, no sabemos qué hacer.

Hernán Kozak

REVOLUCIÓN

¡Revolución! ¡Revolución! Gritaban. Y nadie se veía. ¡Revolución! ¡Revolución! Se escuchaba y nadie había. ¿Dónde están los revolucionarios? ¿Quienes son? ¿Qué quieren? Solo gritan revolución, pero están huecos de palabras, son vacíos al oído, se les escucha nada. ¿Los viste? ¿No? Yo tampoco los vi. Revolución, pedían revolución, sin ningún fin.

Paqui Robles

LA REVOLUCIÓN
La tierra ancha se llenó de soledades. Rumores iban de boca en boca y una palabra callada ardía de forma clandestina en las faldas de la montaña. Se congregaron bajo la dura verdad como un paraguas, cubiertos de galopes se llenaron de propaganda. Las paredes se rompían, ya nadie callaba. Se apartaban las cárceles de las zanjas y el pueblo salió en los límites marinos, en los tibios metales de crianza. Ahí va la revolución, cada cual que se suba a la grupa y a volar en su sangre. Hoy puedes salir del sopor y de la lección bien recordada.

Laura López

REVOLUCIÓN

<<Cuando los jóvenes machos de la horda se alían para asesinar al protopadre, al macho dominante de la horda, parece ser que eso es la primera revolución. La vida en la horda cambia por completo, ahora hay una ley, hay una leyenda para cantar, símbolos del padre asesinado y símbolos del pacto entre hermanos. Así se creó la civilización humana y así es como progresa… En el supuesto caso de que progrese, claro. El ser humano ha conseguido vivir más años en promedio, ha conseguido volar, comunicarse a grandes distancias, ha conseguido llegar al espacio … y todo eso qué, qué le importa todo eso a un grano de arena del fondo del mar, qué le importa todo eso del hombre al sol o a las galaxias. No, el hombre no sabemos si ha progresado con tanta revolución. Lo que sí que ha progresado es la revolución en sí. Hoy en día ya no hace falta asesinar a nadie, es un discurso, un conocimiento, una ley… Que es vencida por otra nueva.

Una revolución es también una vuelta, una oscilación. Un movimiento para que después de un periodo, el sistema vuelva a quedarse exactamente igual que estaba. ¿Será eso la revolución?

La humanidad como especie animal ha no sabemos si ha mejorado, pero sí sabemos que se ha multiplicado en número y que ha conseguido infinita ventaja con respecto a todas las especies que podían competir con los humanos por el sustento, el hábitat o cualquier recurso natural.>>

Uno de los estudiantes levantó la mano: Estimado profesor, hemos decidido que vamos a poner una queja a la empresa que nos lo envió. Nosotros habíamos pedido un profesor de cocina.

Muy bien, dijo el profesor, esa era la lección de hoy. Ya sabéis cómo cocinar profesor en su salsa.

Kepa Ríos Alday


REVOLUCIÓN

El silencio se escuchaba por todo el barrio. Un silencio ligero como la espuma de una caña recién servida.
Todos, estábamos a la espera de su llegada. Desde hacía semanas, se murmuraba que su salida de la imprenta estaba programada por el 18. Y estábamos sólo al 15 del mes, pero era delicioso estar pendiente de esta revolución: un nuevo libro, una nueva vida escrita, para todos.

Sylvie Lachaume

REVOLUCIÓN

El profesor de matemáticas en su clase semanal con 4º de la ESO, explicaba a sus alumnos las tres revoluciones científicas más importantes en la historia reciente de la humanidad.
La primera revolución, la copernicana. La tierra no es plana, como creían los seguidores de Tolomeo, sino redonda, como una nuez o una naranja.
La segunda revolución, la de Darwin. El hombre no es el centro del universo, no es más que un eslabón de una cadena de seres vivos, donde, hasta el momento, ocupa el lugar más avanzado.
Y la tercera revolución, la de Sigmund Freud. La conciencia no es el centro del yo, sino el inconsciente.
Un alumno que escuchaba atentamente levantó la mano, y dijo que había una cuarta revolución. A ver, le preguntó el profesor, en qué consistiría. En que el hombre no es el ser vivo más inteligente del planeta. Y cuál es entonces.
El móvil, profesor, el móvil.

Pino Lorenzo

REVOLUCIÓN

Nada más dar las cuatro en el reloj, Fermín se levantó tratando de no despertar a Molly, se vistió en la penumbra y caminó hacia el salón donde había dejado la cartera y las llaves; luego se tomó un café en la cocina y salió en silencio, casi andando de puntillas. El invierno había comenzado a azotar y el frío cielo poblado de estrellas, le recordó un viaje que hizo al Himalaya.
Guardó las llaves en el bolsillo y atravesó el jardín observando las formas muertas de la hojarasca acumulada bajo los setos. Estaba acostumbrado a trabajar de noche y se sentía a gusto caminando en el silencio de la madrugada, así que cerró el pequeño portón de madera y enfiló hacia los soportales escuchando el lejano murmullo de un camión errante transitando por la autopista.
No tardó en hacerse invisible mimetizándose entre las sombras (hacia el oeste, más allá de los garajes). Olía a mar y rocío, a tierra mojada y cubo de basura, olores muy distintos a los del día, entre los que se dejó llevar hasta llegar a las inmediaciones del puerto. Nunca hubiera imaginado que algo así pudiera sucederle, pero allí estaba, zigzagueando entre el laberinto de calles que conformaban el barrio de los pescadores, donde los últimos borrachos desfilaban dando gritos buscando un lugar para dormir la mona.
Cuando llegó a los muelles, vio la silueta de una mujer esperando bajo la tenue luz de uno de los faroles.
-No me ha defraudado, sabía que iba a venir.
Era inmensamente guapa, morena, con ojos negros y brillantes, tez blanca y labios carnosos como los de una vampiresa (vívidamente rojos obviamente, pero también naturales, aunque la tenue luz de los faroles no permitiera verlos en su plena hermosura).

  • ¿Qué quiere?
  • Que nos ayude a hacer la revolución.
  • ¿A las cuatro y media de la madrugada? No estoy para jueguitos.
  • No es ningún juego, lo necesitamos para una tarea muy grande
  • ¿Cuál?
    -Poner fin a la tiranía informática que amenaza en el mundo.
  • Siendo así, cuenten conmigo.
    La historia continúa de aquí en adelante, pero eso ya no importa, porque lo fundamental está dicho (cómo se conocieron y el motivo que les unía). Añadir que esa misma noche terminaron haciendo el amor como locos y que antes de que Fermín abandonase la ciudad, le pidió a un primo suyo que por favor se hiciera cargo de Molly hasta su regreso.

Manuel Ortega

LA REVOLUCIÓN

¡La revolución, la revolución, la revolución!
Hoy los gatos, los perros, las tortugas y hasta los piojos tienen derechos, es nuestro camino a la humanización. Ya les infligimos bastante dolor durante siglos.
¿Habla usted de los esclavos?
No, hablo de los animales.
De nosotros entonces, o de una parte de nosotros.
No me cambie usted de tema
Pero si yo sólo hablo de la revolución que no fue.
Pues deje el pasado donde está, ahora ya hemos alcanzado la luna
Vale, pues ayudemos a los perros y gatos en su revolución e incluso a contar con su propia declaración de derechos.
Ya sabe que los derechos se articulan con obligaciones…
Claro, claro ¿y qué obligaciones le damos al piojo? ¿de qué será responsable la tortura?
Pues de no lastimar las playas, por ejemplo.
Creo amigo que estamos abriendo un gran melón y el negocio de los seguros se va a poner las botas.
Pues… habrá que lanzarse a esa piscina…

Ana Velasco

REVOLUCIÓN

-Llega la revolución.
-¿Qué revolución? ¿La de los sentidos?
-Es muy serio. No se te ocurra bromear.
-¿Ha pasado algo y yo no me he enterado?
-Tienes razón quizás llega para mí y a ti no te toca, al menos de manera directa.
-¿Solo dime si debo preocuparme?
-No. En todo caso ocuparte de posicionarte por si llamase a tu puerta.
-No sé de qué estás hablando, es como si hablaras en un idioma que no entiendo, aunque entienda las palabras.
-Pues si ahora te parece eso, vas a ver cuando comience a hablar.

Cruz González Cardeñosa


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Carmen Salamanca Gallego
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